Entre los temas poco tocados en torno a la sexualidad los que sin duda resultan son la masturbación y orgasmo femenino, debido a que
son temas muy «íntimos» y de los que nos avergüenza hablar en nuestra vida diaria, a pesar de la gran cantidad de material sexual que
vemos por todos lados!!!!
Por eso hoy hablaremos de algunas posibles razones por las cuales las mujeres en su diversidad no pueden llegar a ese climax tan deseado,
pero poco alcanzado en algunos casos.
Experiencias sexuales traumáticas
Una situación de violencia sexual es algo a lo que todas las personas estamos expuestas, pero las mujeres con mayor «intensidad» debido
al ambiente violento y misógino en el que vivimos, además de la tan extendida cultura de violación, donde la sobreviviente debe cargar
con una culpa que no le corresponde. Y es por esto que la relación con la sexualidad propia y acompañada puede volverse conflictiva, e
incluso bloquearse totalmente. Lo que es sumamente comprensible, considerando la situación, pero que al mismo tiempo puede causar la
privación de un disfrute sexual pleno y placentero.
Y el no poder compartir esto con la persona con la que mantengas encuentros sexuales, debido a muchos factores, puede agravar la
situación, por lo que es importante poder sentir la confianza para compartir gradualmente esta situación, pero en caso no sea factible
evaluar la necesidad de atención especializada para ayudarnos a sobrellevar todo lo que acarrean estas situaciones. Pero siempre es
importante recordar que darnos nuestro espacio y mantener por sobre todas las cosas nuestro autocuidado es clave, por lo que si tu miedo
a compartir esta información es debido a que te puedes sentir juzgada, culpada o violentada por la persona con la que lo compartes, es
importante revaluar que tan positiva es mantener esa relación (válido para todas las personas en nuestra vida), no?
El estrés y evitar llegar a «la zona» de relajación
El ritmo de vida que llevamos actualmente nos hace vivir al correteo 24/7 para cumplir con todas las obligaciones y al final del día
llegamos tan cansadas, que solo queremos que acabe el día y poder dormir!!!… Pero esto puede estar afectando tu capacidad de llegar
al climax, ya que sin una adecuada relajación al organismo se le dificulta llegar sentir realmente todo lo que podríamos sentir.
Si bien no es tan fácil como «relajarse» y ya, porque los pendientes no desaparecen por arte de magia, si podemos ayudarnos a estar más
relajadas con diferentes técnicas dedicadas a ellos y esto es tan variado como la cantidad de personas que existen en el mundo. Lo que le
funciona a una no tiene por qué funcionarle a todas y es trabajo tuyo encontrar ese combo de cosas que te hacen alejar el estrés y
cansancio, para que cuando llegue el momento tu cuerpo este en las condiciones de poder llegar a esa explosión de sensaciones.
El quedarte muda
Es lo peor que podemos hacer porque nadie es adivinx, pero es lo que más nos cuesta hacer (o mejor dicho decir), ya que el hablar sobre
sexo es un tabú con el que crecemos y con el que se nos bombardea durante toda la vida. Sin embargo, el poder mantener una relación de
confianza y comunicación puede beneficiar no solo al encuentro sexual, sino a TODOS los aspectos de la vida; al igual que el no
reservarnos nuestras opiniones y comentarios, ya que esto ayudará a la otra/s personas a acompañarnos mejor en este proceso.
Si bien es algo que debe ser entrenado, no es de la noche a la mañana que empezaremos a «hablar» fluidamente con nuestra pareja, es
importante ir de a pocos y perder el miedo a herir su susceptibilidad, porque lo volvemos a decir, NADIE es adivinx y requerimos ciertas
indicaciones antes, durante y después del acto. Sobre todo para ayudarnos a dejar todas las autoexigencias que aprendemos de los malos
modelos que encontramos en televisión o en la pornografía, que no solo suelen ser violentos, sino muy machistas y misóginos,
La incorrecta estimulación
Es una realidad, muy común y triste, que en nuestra sociedad se le enseña al «varón» o a la parte «dominante» a buscar su placer y poco
importancia le da al placer de su acompañante, sea de la identidad de género que sea, no solo pasa en las relaciones heteros. Por esto en
muchas ocasiones mientras una parte llega al orgasmo muy rápido, la otra se queda en el camino o ni siquiera llega al camino y es aquí
donde las previas juegan un papel fundamental para que todas las partes involucradas queden satisfechas, por así decirlo.
Pero para esto también es muy importante la comunicación, que es fundamental, para deconstruir esta idea de «mi placer primero» y que
se pueda llegar al orgasmo de una manera u otra, porque eso sí, todas las personas tenemos estimulaciones diferentes y toda formula es
válida, siempre y cuando se respete la integridad y los deseos de la otra persona.
Y aquí otro punto fundamental es saber qué, cómo, cuándo y dónde te gusta, porque para conseguir esa «formula mágica» no basta con ver
o leer mil cosas al respecto, sino que es muy importante el conocer nuestra cuerpa y saber cómo tratarnos solas, para luego poder
compartirlo y no dejar toda la responsabilidad de «hacernos» llegar al orgasmo a la/s personas con las que nos involucremos.
No, no todas las veces debemos llegar al orgasmo
Otra idea que se nos ha metido subliminalmente es que en todas los encuentros sexuales deben haber gemidos y orgasmos a montón y
un montón de cosas que se alejan completamente de la realidad, porque si bien los organismos con clítoris tienen la capacidad de ser
multiorgásmicos no es «obligatorio» que llegues al orgasmo para decir que fue un buen encuentro.
Esta autoexigencia, por las partes involucradas, de que deben llegar y deben hacer llegar al orgasmo puede limitar que el disfrute se de
realmente y por el contrario, que la presión y el estrés estén a flor de piel; lo que resulta fatal y puede causar o profundizar los problemas
que existían antes de eso. Y aunque suene repetitivo, el conocer qué te gusta y cómo te gusta debe ser comunicado a la/s otras personas
para que así, se logren las sensaciones tan placenteras que buscan y que NO deben terminar por obligación en un orgasmo